Oggi è stato un bel giorno

Así es. Hoy he vivido un día bonito. Perdonad que haya tenido el blog inactivo durante un tiempo,pero he tenido un poco de desequilibrio y no encontraba muchas ganas para hacer nada.

Desde el viaje a Roma me he sentido sola. El viaje a Roma fue el periodo en el que estuve con más gente, pero estaba sola. Los erasmus no son compañía, al menos no para mí. Fue una pena porque vi paisajes preciosos. Roma en otoño se llena de colores rojos y amarillos que rodean al río Tevere mientras millones y millones de golondrinas hacen sus bailes en lo alto. Una pena que no lo pude compartir con nadie. Pero tengo la esperanza que sigan estando el otoño que viene para enseñárselo a alguien.

Cuando volví a Teramo no tenía muchas ganas de nada. De hecho me vino bien porque he estudiado mucho. Todo el día encerrada en casa. Solo salía para el fútbol, la guitarra y las clases.

Pero, después de analizar conmigo misma mis problemas, resurgí de mis cenizas più bella e più felice. Infatti oggi è stato un bel giorno. Os cuento:

Hoy he hecho mi primer examen en italiano y oral de la mia vita! Llevaba estudiando una semana. Bastantes horas al día. Y estaba un poco nerviosa porque nunca había hecho un examen así de grande "oral" en mi vida, ni en Teramo, ni en italiano.

Para empezar, la hora. Las últimas noticias que tenía eran que se hacía a las 15h. Muy bien, Ana llega a la universidad a las 14h por si acaso.

¿Y dónde? Ni idea.

Busco en el tablón de anuncios... Diritto... diritto... della comunicazione.... aquí (vale)... professore Grattier (vale)... aula... 20 (vale) ora... 9h. ¡¡¡Qué!!! Voy al aula y había una persona con un ordenador...

Mando un mensaje a mi coinquilina para que me diga el número de uno que va conmigo a clase. Mi compañera de piso está en Pescara (su casa) estos días. Espero. Las 14.30. Me da el número. Mando un mensaje al sudodicho compañero. Espero. Las 14.45. Me responde. Está viniendo... uff. Esperemos que él no esté equivocado. Alla fine resulta que nuestro examen no estaba en el tablón porque no es la fecha oficial. Menos mal. Vamos al aula a las 15h.

No hay nadie. Buscamos al profe. Está haciendo otro examen en el aula de al lado. Nos dice que esperemos 10 minutos.

Las 15:30. La clase por lo menos ya está llena de gente.

Yo tengo una lezione alle 15:45... me escapo corriendo a avisar al profesor de la otra clase que no voy que tengo un examen (es un profe muy majo).

Vuelvo y después de un rato viene el profesor. ¡Uy! ¡Qué nervios! Pasa lista. Pronuncia medio bien mi nombre ("Usedo". En italiano se leería "Uchedo") con lo cual quiere decir que sabe quién soy: ERASMUS. Bien. "Cominciamo".

Va la primera persona a una mesita que hay en la parte izquierda del aula, delante de todos, donde hay dos sillas enfrentadas. Se sienta la alumna en una y el profesor en la otra. Y así, le hace la primera pregunta. Ale, delante de todos, la chica nerviosísima, el profesor agotado, algunos tomando notas de las preguntas, otros buscando en los libros, otros hablando, otros salen, entran... y el examen sigue durante 10 minutillos. Le dice la nota que le da. Y chim pum.

Y luego el siguiente. Más preguntas. Si no la sabes el profe te dice cosas para que llegues al punto donde el quiere... una charla... pero siempre con trato de "usted".

Yo le digo a mi amigo "posso uscire dell'aula?" y me dice "certo". Pues me voy, que tengo clase con el profesor majo.

Voy a clase de Antropologia. Me fascina esta asignatura. Tengo mil apuntes, dos libros, material que da el profesor... todo para el examen del martes próximo. (Ay madre que aun no he empezado a estudiar...).

Tra un'ora di lezione, pausa di 10 minuti. Me voy corriendo al examen del aula del sótano. Van por la M. Me quedo. Las preguntas que hace no las oigo bien... ¿os podéis callar todos?... no da notas muy altas... 23, 24, 25,... sobre 30... La verdad es que las preguntas son enrevesadas... mejor me pongo a estudiar...

El profesor se levanta y dice "facciamo una pausa di 5 minuti". Ah. Pues me voy otra vez. Corre al aula del primer piso de Antropologia. En el camino me entra hambre así que saco mi manzana y me la empiezo a comer. Llego al aula. Ha "ricominciado". Está el profesor hablando. Y la puerta está al lado de la pizarra. Voy a entrar. Espera, ¿y la manzana empezada?... al bolsillo del chándal. Entro cruzo la clase, llego a la última fila porque está todo ocupado y me pongo a escribir como una loca lo que dice el profe a la vez que me como la manzana.

Acaba la clase y salgo corriendo otra vez al examen que estoy haciendo. Van por la P. Queda poca gente en el aula. Espero, intento aprenderme todo el libro en 10 minutos porque las preguntas son un poco enrevesadas... Bueno. Mejor voy pensando en lo peor. Si no saco más de un 24 lo vuelvo a hacer en febrero. Casi me toca. Seguro que salgo del aula esperando algo mejor. Porque a mi el único número que me vale es el 30. Si no saco 30 me decepciono... Bueno... La próxima soy yo... Al de antes le ha puesto un 26. Sale contento... Me toca.

Me siento como todos en mi sillita delante del profe. Le digo que es el primer examen. Me dice "coraggio". Sonrisita. Cara de no haber roto un plato. Ojos bien abiertos...

Me hace una pregunta facilísima. La digo bien. La complica un poco... hago como que no entiendo el italiano. Lo medio resuelvo... Otra pregunta... Ah, no. Eso estaba fuera del temario de los Erasmus. Vale. Pues... tu nota es...

¡adivinad!

No. El 30 no es el número que más me gusta a mí.

¿Cuál es el número que más me gusta a mí y que me persigue allá a donde vaya!

¡El 28! ¡O sea un 9'3! Y lo mejor de todo es que esta asignatura me la convalidan por 2 de España. Un 9'3 en las dos ¿no?

Ya no puedo dejar de sonreír. No sabemos dónde escribir mi nota. Porque todos tienen una especie de pasaporte donde escriben las notas. Yo no. "Non so. È il primo esame..." Va bene...

Son las 18:30 me voy corriendo porque a las 19h tengo entrenamiento. Autobús, casa, hambre, vaso de leche, patines, entrenamiento.

Disfruto de correr más que nadie. Vamos al bar después con las amigas. Y vengo a casa.

Un bel giorno.

Y aquel que lea todo lo que he escrito se lleva de regalo un beso.