Me recogen, llegamos al entrenamiento y cuando salimos del vestuario se pone a llover. No. A diluviar. A cinco grados. Es decir, acquaneve.
No, no fue una buena idea entrenar ese día,
ni tampoco quitarse la capucha,
ni tampoco meter los pies en los charcos,
ni tampoco salpicarnos unas a otras,
ni intentar tirarnos al barro,
ni tener envidia de los porteros que se tiraban,
ni hacer de portera,
ni parar tirándome en el barro,
ni continuar hasta que no sentías ninguna parte de tu cuerpo,
ni meterse en la ducha vestida.
Pero la locura de entrenamiento ha valido la pena.
He hecho fotos y vídeos. Ya os los haré ver.
Me ha entrado frio solo de leerlooooooooooo.
ResponderEliminar¡¡Que grande esos momentos tan lerdos!!!
feliz chapotea en el charco...
ResponderEliminar¿no era una canción de una serie de dibus? ahora no caigo como sigue, me cachis!!
PD: como vuelvas a ponerme esa cara cuando me veas te daré una galleta, y no es de esas que se comen!